ESTUDIOS DE LA BIBLIA PARA

GRUPOS PEQUEÑOS

EL PECADO - Segunda Parte


Texto: Juan 8:34

Jesús les respondió: —De cierto, de cierto os digo que todo aquel que practica el pecado,  esclavo es del pecado.

 

  1. Las características del pecado  

 

El pecado no se presenta como una cosa abominable a los ojos humanos, sino como algo apetecible y bueno para nuestra carne.  

 

  1. TIENE PLACERES  

 

Si el pecado no fuera placentero a nuestra carne, nunca nos tentaría. Estamos frente a frente a dos clases de placeres: el placer de Dios y el placer del pecado. Un placer está en contra del otro. El primero nos da la vida eterna, y el segundo nos quita la vida eterna. Debemos escoger entre estos dos placeres. Por eso, se nos dice en Hebreos que: 

 

Moisés escogió “ser maltratado con el pueblo de Dios, antes que gozar de los deleites temporales del pecado” (Hebreos 11:25).  

 

Los placeres de la carne son deleites temporales de pecados, y esos deleites nos llevan finalmente a perder la salud, la familia, la cuenta bancaria, la confianza de las personas que nos rodean, la buena reputación.  

 

“¡Qué baño más agradable!” dijo el joven cuando se le advirtió del peligro. Poco después, era arrastrado a las fatales cataratas.  

 

Así viven muchos deleitándose en sus pecados mientras se les advierte del peligro de la muerte y de ser echados en el infierno. Muchos parecen estar gozando mientras caminan conforme a la corriente de este mundo. Sí, puede que haya placeres presentes, pero ninguna satisfacción presente fuera de Dios puede garantizar un buen futuro.  

 

El pecado es deleitoso en el presente, pero en el futuro se convierte en la desgracia del que lo practica.  

 

Como dijera alguien: “El pecado te llevará a donde no planeas ir. Te mantendrá muy alejado de donde habías planeado estar. Y te costará más de lo que podrías pagar”.   

 

Génesis 3:6  “Al ver la mujer que el árbol era bueno para comer, agradable a los ojos y deseable para alcanzar la sabiduría, tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido, el cual comió al igual que ella.”  

 

Eva nunca planeó estar fuera del paraíso, nunca pensó estar alejada del árbol de la vida.  

 

Aunque el pecado fue un deleite para Eva y Adán, les trajo luego dolor y muerte. Tuvieron el primer fruto del pecado: ya no disfrutar de todo el bien del paraíso, el dolor de perder a un hijo asesinado por su hermano y la muerte espiritual y física.  

 

El pecado… 

 

  1.   TIENE SU SALARIO  

 

“La paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23). El valor de un artículo es juzgado por el precio que tiene.   

 

Lo horrible del pecado se ve por las consecuencias, y eso es lo que Satanás esconde cuando nos tienta a pecar.  

 

Del pecado a la muerte, a la corrupción, al gusano que no muere, al lloro y gemido, al abismo y al lago de fuego. 

 

La paga del pecado es la muerte. Como dijera cierto comentarista: 

 

"El pecado nunca podrá ser un conducto de bendición para nadie, si comprendiéramos realmente sus consecuencias dejaríamos de consentirlo. ¡No es posible que nos digamos hijos de Dios y tengamos al pecado como nuestra mascota!... Hermanos, el pecado es pecado, y lo único que veo a la luz de las Escrituras es que si no lo echamos de nuestras vidas hoy, lamentaremos los resultados mañana. ¡El que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado!" 

 

"El arte de Satanás consiste en mostrar el pecado como una buena noticia, haciendo creer al hombre que lo bueno y lo malo es determinado por su propia mente para adaptarse a las condiciones que mejor le convienen, es así como cada persona determina su propia realidad y su propia verdad. Su beneficio está centrado en el placer instantáneo.  El pecado nos ofrece "felicidad" al momento; sin embargo, a la larga lloraremos las consecuencias de aquellos "beneficios". No nos engañemos, Dios pagará a cada uno según sus obras. La verdad de Dios es objetiva y no relativa, es una verdad axiomática, universalmente la misma, que está determinada por Dios y es única y suficiente, y esa verdad categórica reprueba todo pecado. ¡Dios es justo y santo, ésta sí es una muy mala noticia para el pecador!" 

 

Por eso es que el pecado… 

 

  1. ES ENGAÑOSO  

 

De ahí la exhortación en Hebreos 3:13  

 

“Antes bien, exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: «Hoy», para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado”. 

 

El pecado nos vende lo que no tiene. Una vez que lo compramos entregándole nuestro cuerpo, nos engaña, se burla de nosotros y nos traiciona.   

 

El pecado promete, pero no cumple. El pecado hace que los hombres crean que las tinieblas son mejores que la luz, y que la mentira es mejor que la verdad y que hay más libertad en servir al yo que a Dios.  

 

El pecado nos arrastra a la muerte y al infierno.  

 

Cuando tú y yo nos damos cuenta de ello, de que no vale la pena pecar por las mismas características del pecado, huimos de él, nos negamos a él y buscamos en Dios la forma de darle muerte al pecado porque el pecado es el asesino del alma.  

 

De ahí el llamado de Pablo en Colosenses 3:5 

 

Haced morir,  pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría.” 

 

El pecado tiene placeres, tiene su salario y es engañoso, estas son las características propias del pecado…